Por Ana Sofía Romo
Fue algo que estuvo rondando por mi mente durante varias semanas y, como ya es costumbre, la vida solita lo acomodó. Sin querer queriendo compré un pastel (como prop para un shoot) que decía Girl Gang Forever y (sin querer queriendo también) ese shoot nos llevó a remontarnos a donde todo empezó: incontables tardes en mi cuarto cuando era pequeña, descubriendo mundos que solo existían fuera de mi realidad.
Así que en el segundo aniversario de Girl Gang tomamos fotos, recordamos la magia de hojear revistas viejitas (Nylons del 2013 para ser exactos) y comimos pastel, un día perfecto si me lo preguntan.
Estos dos años han estado llenos de TODO: de amor, crecimiento, frustración, transformación, tristeza. Cada uno de estos sentimientos se ha vivido, se ha exprimido y también cada sentimiento nos ha enseñado lecciones muy importantes. A pesar de los momentos difíciles, si algo tengo muy claro es que GIRL GANG FOREVER, hay tanto en lo que veo este proyecto convertirse que siento que no me alcanza el tiempo, queda muchísimo por hacer.
Las últimas semanas tristemente me he encontrado con muchos proyectos que, como Girl Gang, nacieron en la pandemia y ahora han sido abandonados. Esto me imagino que es debido a que la vida nos ha ido forzando a regresar a nuestras vidas “normales”, a cumplir con nuestras obligaciones como humanos habitantes de esta realidad.
Aunque estoy muy agradecida que este proyecto (a pesar de las múltiples adversidades y reinveinciones que ha tenido en solo dos años) siga creciendo. Me gustaría enfocarme en aquellos que han tenido que ser pausados y reflexionar un poquito en la importancia de darle importancia a nuestros sueños.
¿Qué tiene de “normal” una realidad en donde las personas no tenemos tiempo para lo que realmente nos apasiona, lo que hace que valga la pena estar vivo?
Sea lo que sea que responda esta pregunta para ti, ¿le estás dando tiempo y espacio?
Entiendo que la cotidianidad no es la misma de hace dos años, no estamos 24/7 encerrados dentro de la casa pero, ¿recuerdas esos ajustes que hiciste en tu vida que te hicieron sentir vivo y presente? ¿Y si les vuelves a dedicar por lo menos un ratito cada día o unas horas el fin de semana?
En mi caso, por ejemplo, algo que amaba hacer durante el confinamiento era hacer de comer todos los días ya que por mi ajetreado estilo de vida nunca había podido. Descubrí que algo que pensé que no me interesaba es realmente una actividad que disfruto. Hoy prácticamente nunca lo hago. Sé que como este ejemplo hay miles y sé que seguro algo se te vino a la mente.
¿Qué es ese pequeño (o enorme) proyecto/actividad que dejaste atrás?
¿Realmente ya no tienes tiempo para hacerlo?
¿Vamos a regresar a el estilo de vida tan destructivo que estábamos llevando como humanidad o vamos a disfrutar de nuestro tiempo mientras estemos vivos?