Por: Ana Sofía Romo
“Andas vibrando BAJÍSIMO” fue lo que me dijeron cuando llegue a la terapia energética que he estado tomando los último meses. Para ponerlos en contexto, ya que el “vibrar alto” se ha descontextualizado tanto hoy en día, la terapia que estoy tomando actualmente se llama péndulo hebreo y sirve para ir elevando tu vibración cada sesión, pero ese es otro tema. De lo que quiero hablar con ustedes hoy es algo que no he podido dejar de pensar desde que inicié este nuevo proceso (para mí) de sanción llamado terapia energética: qué es realmente la salud mental y el inevitable privilegio que involucra poder ir a terapia.
Por otro lado, algo que ha estado resonando en mi cabeza desde la última vez que fui a esta terapia es que hoy en día tenemos tantas pero tantas herramientas para encontrar las que nos acomodan y vivir NUESTRA salud mental, que no tenemos por qué conformarnos con el concepto tradicional que conocemos de “ir a terapia”. Sin duda, si tienes la posibilidad de ir con un profesional, te ayudará mucho a empezar tu camino para mejorar tu salud mental pero este no es el único. Si dentro de tus posibilidades no se encuentra el poder ir a terapia, esto no te excluye de poder ser una persona sana mentalmente.
Pero, a pesar de tener tantas herramientas a nuestra disposición ¿no les pasa que a veces se sienten bombardeados de tanta información que puede llegar a ser asfixiante? Creo que esto en parte (hablando de salud mental) es porque hoy hay demasiada gente hablando sobre el tema irresponsablemente que muchas veces, en vez de ayudar, termina siendo contraproducente, pero aquí no vamos a ser parte de esas prácticas. Es por eso que, aunque por lo general lo que yo comparto, siempre viene desde mi experiencia, esta vez decidí hablar con mi amiga Juliana, psicóloga y sexóloga en formación, para obtener información de una profesional sobre este tema tan manoseado y poder entender mejor el concepto de ~salud mental~.
Si hablamos de el significado de salud mental desde una posición muy formal de textbook esta se describe como un estado de bienestar en el que una persona se da cuenta de sus propias capacidades, puede hacer frente a los estresores de la vida, puede trabajar de forma productiva y puede hacer una contribución a su comunidad. No sé ustedes pero yo con solo leer esto me causó ansiedad. Quién realmente logra estar eternamente en este estado y qué me explique cómo lo hace por favor.
Pero tampoco se trata de juzgarnos, los libros también plantean que para poder llegar a este estado es necesario desarrollarnos en un entorno que respete y proteja los derechos civiles, políticos, socioeconómicos y culturales básicos y que sin la seguridad y libertad que brindan estos derechos es difícil mantener un alto nivel de salud mental. Muy bonito y todo pero hay que ser realistas, el sistema bajo el cual vivimos realmente no prioritiza el que nos desarrollemos en ese entorno utópico que acabamos de describir.
La salud mental como se planteó anteriormente puede sonar como esa punta en la pirámide de Maslow a la que muy pocos pueden llegar, pero platicando con Juliana ambas coincidimos en que trabajar la salud mental es algo de todos los días y también un proceso personal que al estandarizarlo o medirlo puede llegar a ser contraproducente. Al final, todxs estamos tratando de hacer lo mejor con las herramientas que tenemos y el contexto en el que nos desenvolvemos.
Aún así creemos que hay ciertos puntos importantes que recalcar sobre la salud mental que nos podrán ayudar a todxs no solo a trabajarla, sino también liberarnos de ideas utópicas e inalcanzables. Aquí se las dejamos:
La salud mental NO es lineal (menos viviendo en la era de “la pandemia”)
Hay días buenos y hay días malos. Entender que en este camino a veces podemos avanzar un paso para después de retroceder dos (o tres) es esencial para vivir un proceso sano y no recaer en juicios hacia nosotrxs mismxs. Estamos viviendo tiempos extremadamente delicados y como humanos lo más normal que nos puede pasar es SENTIRLO y con eso vienen fuertes emociones que nos pueden llevar por un camino que queda muy lejos de lo lineal.
Salud mental no es igual a la ausencia de conflicto
El conflicto es esencial e incluso necesario para desarrollarnos en este mundo y expandirnos. Somos seres complejos con emociones y por lo tanto lo normal no es estar felices todo el tiempo, a pesar de lo que el positivismo tóxico nos ha querido vender. El conflicto nos ayuda a desarrollar la habilidad de sobrellevar situaciones difíciles pero sobre todo a aumentar nuestra resiliencia.
Cuerpo y mente siempre van de la mano.
Así como por mucho tiempo se le dió importancia a la salud física sobre la salud mental, darle importancia solamente a la salud mental e ignorar el bienestar de nuestro cuerpo es igual de contradictorio. Realmente no podemos separar a una de la otra porque ambas partes nos conforman como humanos. Cuidar tus hábitos alimenticios, hacer ejercicio y dormir bien también es parte de cuidar de tu salud mental.
Pedir ayuda no siempre tiene que ser de un profesional.
Por ningún motivo estamos diciendo que no fomentemos la cultura de ir a terapia, pero sabemos que el tener acceso a esta es un privilegio al que no todxs tienen acceso. Es por eso que es importante formar una red de apoyo, de gente que estará ahí para escucharte y acompañarte en tiempo difíciles. Rodeate de personas que te sumen y toma tu distancia de las personas y/o situaciones que estén siendo un obstáculo en tu proceso hacia una mejor salud mental. Recuerda que con nosotras siempre tendrás este espacio seguro en donde hablar y expresarte libremente sin ser juzgada.
Y sin más solo queda preguntar, ¿qué es para ti la salud mental?